El gran poder que tiene la disciplina es el de enseñar a pensar a nuestros hijos. Como
seres humanos imperfectos tendemos a hacer lo malo o lo que nos perjudica.
Esto lo puedes ver claramente en los niños, cuando hacen
cosas que son malas para ellos, quieren tocar los enchufes o la basura. Un niño
no tiene la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo. Y muchas veces lo hacen aunque tu les hayas
avisado de las consecuencias.
Son los padres
los que deben inculcar valores a sus hijos, estos valores van a ser una
protección en su vida adulta.
La disciplina
En el pasado la disciplina se ha ganando mala prensa porque
se a asociado a pensamientos autoritarios y hasta violentos. Podemos recordar
casos de padres que pensaban que pegar era disciplinar, nada más lejos de la
realidad. Si estas enfadado no es tiempo
de disciplinar, es tiempo de reflexionar y cumplir con tu palabra.
Vemos que muchos padres quieren disciplinar solo cuando sus
hijos los han llevado al límite de su paciencia, esto está mal, porque estando
enfadado no vas a enseñar,
lo que vas hacer es sacar tu ira y frustración, sentimientos que tenemos que
aprender a controlar como adultos responsables.
Mantener la palabra
La disciplina va ayudar a tus hijos a pensar por sí mismos
cuando sean adultos. Y lo que es más importante, les va a enseñar a obedecerse a
sí mismo. Esto es ponerse una meta y cumplirla o proponerse dejar un mal hábito
y dejarlo.
La buena disciplina incluye ver las consecuencias de lo que
hemos hecho mal. Esta es la ley de la causa y efecto. Todo lo que hacemos
tienen efecto en nuestra vida y en la de los demás, por eso es tan importante
pensar antes de actuar, algo que no suelen hacer los niños pequeños.
Con mantener la palabra me refiero a si prometiste castigar
a tu hijo como forma de disciplina, debes cumplir, su mala
conducta debe tener unas consecuencias. La próxima vez que quiera hacer algo que no es
correcto va a pensar antes de hacerlo.
Dependiendo de la edad de tu hijo, las consecuencias pueden
tener distintas formas. Puede ser no hacerle caso unos segundos o minutos,
hasta prohibirle cosas que le guste hacer como ver la tele o jugar a los video
juegos.
La mejor enseñanza
La mejor enseñanza que le puedes dar a tu hijo es la
capacidad de pensar por si mismo, algo que algunos adultos no logran nunca,
esta capacidad de pensar lo va a proteger de las malas consecuencias de la mala
conducta.